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Bailamos Señorita

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Salma Henao Me eduqué durante toda mi infancia en un colegio católico para señoritas en la ciudad de Tunja. Recuerdo desde muy pequeña que las monjas que allí impartían educación hacían mucho énfasis en la práctica de los principios que en general las religiones promueven con vigor: La fe, la bondad, la humildad, la solidaridad, la inclusión, la honestidad, el respeto. Quizá sea esa una de las razones por las cuales mi vida ha sido una constante lucha entre el deber ser y los hechos.  Históricamente, las mujeres, como ya es sabido, hemos tenido que mantenernos al margen de los hechos, en gran parte porque la vivencia del mundo que experimentamos a través de nuestros sentidos con regularidad es enmarcada dentro del rótulo de locura. Por eso frases como  “me gusta cuando callas porque estás como ausente”  son valoradas como alta poesía. Es, en efecto, una hermosa manera de decir  “calladita se ve más bonita” . Sin embargo, no es una manera justa de relacionarse con una parte d

Cena: La Madre

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Cena: La Madre  La comida como ritual   Hace unos días fui generosamente convocada a una "cena performática" por la artista María Paula Falla como proyecto ganador en el área de artes plásticas en la línea de proyectos expositivos en el marco del Festival Internacional de la Cultura 2023 que se llevaría a cabo en el Café Vértice en la ciudad de Tunja. Comprendí que era una propuesta plástica, sin embargo, no pude imaginar lo que sería. El aperitivo de entrada un poema Kogui a la madre como principio y fin de todas las cosas; y un delicioso coctel a base de champaña.  La instalación para la cena estaba situada sobre el suelo de forma simétrica y con proyecciones sobre la vajilla que evocaban el proceso de nacimiento y el origen de la vida, junto a ello el alimento como sustento de la misma.  La cena estuvo dirigida a manera de ritual en etapas que evocaron el proceso de la vida misma, no solo de manera biológica o temporal, sino también en un sentido de experiencia. Una invita
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  Vamos siempre tarde  como si nunca  quisiéramos llegar a la muerte.  Como si la vida nos hiciera una broma; tomándonos de la parte de atrás de la camiseta,  nos atrapa, no nos deja avanzar.  Forcejeamos, buscamos ir a otro ritmo, en el tiempo de los todopoderosos, del mercado,    pero nos rendimos,  nos damos por vencidos.  Jugamos con ella.  Estamos vivos, reímos  los pájaros cantan entre el estruendo de la ciudad  ruidosa y dormida.  Ya no sabemos si nadie entiende  o si nadie quiere entender.  Nos damos el lujo de estar vivos. Abrazamos los minutos  los sonidos, las palabras, los sabores  que se detienen en las manos, en los ojos de los seres que amamos  del ser que somos  y sonreímos agradecidos.  Las lágrimas, los gritos y los lamentos  nada aportan a la tristeza del mundo.                                Salma Henao Tunja, 18 de octubre de 2023

Una cultura inútil

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    Con toda la relevancia que los medios tradicionales de comunicación del país le han dado a “wilson” el perro policía perdido en la selva. Se me ocurre pensar en los niños indígenas y qué habría sido de esos niños si hubieran sido, por ejemplo, los hijos de mi vecino. Quizá habrían muerto sólo de la impresión de ver a otros muertos.  ¿Qué sabemos hacer en nuestra cultura occidental capitalista para enfrentar una situación real de supervivencia? No tardo mucho en darme cuenta que a pesar de los once años de escolarización formal, los otros tantos de profesionalización y los adicionales de postgrado no sabría distinguir una planta venenosa de una comestible o dónde está la estrella polar, no sabría seguir el vuelo de los pájaros o distinguir las especies, sus prácticas, su hábitat y no recuerdo haber aprendido manejo de las emociones en circunstancias de peligro extremo o algo similar.  ¿Para qué nos educamos en está cultura? ¿Qué sabemos hacer para sobrevivir a ciencia cierta

A propósito del día de las madres

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Por Salma Henao El domingo pasado se celebró en Colombia el día de las madres. Las tradicionales reuniones familiares, los mensajes en redes con fotos y agradecimientos a las madres y por supuesto los comentarios despotricando de la celebración. Comentarios del tipo “las tratan como mierda todo el año y creen que hoy dándoles flores todo está arreglado” y sí, no digo que esto no sea cierto. Pero me gustaría ir más allá y preguntar qué hay detrás de esta circunstancia.  Veo dos cosas fundamentales que procuraré desarrollar en lo que sigue. La primera es que, en efecto, como sociedad necesitamos resignificar el lugar que ocupa el ser madre y todo lo que tradicionalmente se asocia a esa labor: El cuidado de los hijos, el manejo de las finanzas y el cuidado del hogar, la educación de los hijos, el bienestar emocional y físico de la familia. Nada de lo cual es poca cosa, en procura de una sociedad más ética. Nada que deba ser impuesto a alguien que no lo desea. La cosa ni es poca, ni es s

Al Otro lado

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 Palabras Feria Internacional del Libro 2023 Por Salma Henao Primero quiero agradecer a la Cámara Colombiana del Libro y a la Feria Internacional del Libro de Bogotá por abrir espacios para autores y autoras como yo que de otro modo no llegaríamos a escenarios como este. También agradecer a la Asociación de Literatura de Boyacá en cabeza de Elizabeth Córdoba, poeta y escritora, por la gestión que hacen con la literatura de autores independientes y desconocidos del departamento y del país. Y a la Secretaría de Cultura del Departamento de Boyacá por apoyar la iniciativa.  Ahora bien sobre “Al otro lado” puedo decir que es un poemario que fue escrito sin pensar un para qué, no tuvo una intención preconcebida, no quise hablar de nada, ni de nadie en particular; solo fui recogiendo las palabras y colocándolas en el papel durante años. Recogiendo experiencias y sentimientos de diferentes lugares de mí misma y de otros, hasta completar lo que hoy es el poemario.  Cuando ya escrito y publicado

Cuarto mandamiento: honrar el linaje

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Fotografía El móvil  Andrés Henao Minca, Colombia 2014   Provengo de un linaje de mujeres excepcionales. Mujeres que cuando les dieron el molde lo desarmaron meticulosamente y usaron las piezas para hacerse una vida. Ese tipo de mujeres por las que hoy  podemos decir cosas como "y ella se salvo a sí misma".  A su paso fueron dejando también unos moldes y una metodología para desarmarlos, imponiéndose sobre ellas mismas nos dieron pautas a muchas y muchos que las seguíamos de cerca y de lejos.  Mujeres de una excepcional calidad de entrega a sus proyectos, a sus creencias y propósitos. Estas mujeres con una mano construyeron sus propios caminos intelectuales y profesionales, sus castillos cargando ellas mismas los ladrillos, rediseñando y creyendo. Con trabajo incansable y honesto haciendo uso extraordinario de sus capacidades intelectuales y humanas.  Con la otra mano hicieron su mejor esfuerzo para criar familias que llevaran en sus corazones semillas de bondad, humildad y p